domingo, 13 de febrero de 2011

NOVENA LECTURA-EL INFORME

EL INFORME
Judith Avilés Gómez.[1]
¿Qué es un informe o trabajo escrito?
En términos generales se puede decir que es el relato, descripción, explicación de algún hecho o evento, que se da como respuesta a las preguntas que nos hemos formulado en torno a él.
Sin embargo, en un sentido más estricto y hablando del tipo de trabajo o informe escrito que te es solicitado en la escuela, se puede decir que se trata de un estudio de cierta extensión y profundidad, acerca de algún tema que exige un juicio valorativo o una opinión de tu parte.
Debido a que tu interlocutor no se encuentra contigo pero debe entender todo lo que tú deseas transmitirle, el trabajo escrito requiere que seas:
a)      Claro, de manera que la persona que lo lea entienda lo que tú deseas.
b)      Preciso, concretándote sólo a los asuntos más importantes del tema y pasando por alto todo aquello que por ser secundario dificulta la comprensión.
c)      Directo, al presentar la información pertinente, evitando los rodeos.
d)     Razonado, fundamentando tus apreciaciones con datos fidedignos.

¿Qué hago para elaborar un informe o trabajo escrito?
Tú puedes definir tu estilo personal para hacer trabajos escritos, a partir de las etapas que son necesarias. Estas [son las] etapas:
a)      Elección del tema.
b)      Delimitación del tema.
c)      Selección de información.
d)     Organización de la información.
e)      Redacción.

a) Elección del tema:
Este primer paso tiene dos posibilidades: una, que el tema haya sido decidido y asignado por el maestro; la otra que te corresponda a ti su elección.
            En el primer caso debes estar seguro de que comprendes bien la idea que el maestro tiene sobre el tema. Para ello, puedes pedirle orientación acerca de cómo ha previsto su desarrollo.
            En el segundo caso, si la elección del tema la haces tú, hazla principalmente con base en tus preferencias personales. Ten en cuenta que si el tema te disgusta o es contrario a tus convicciones, exigirá de ti un esfuerzo mayor y quizá no logres desarrollarlo satisfactoriamente.
            Considera igualmente que el informe o trabajo escrito es una oportunidad de conocer nuevos temas. Así no es preciso que el tema elegido sea aquel en que tienes gran dominio, puede ser alguno que haya despertado tu interés y del cual no sepas gran cosa.

b) Delimitación del tema:
Ya definiste tu tema. Ahora, lo que procede es delimitarlo.
            Delimitar un tema significa identificar las partes o subtemas de que se compone y sus interrelaciones.
            Lo que obtienes como resultado de delimitar el tema es un indice temático. Para obtener tu índice temático debes tomar dos decisiones interrelacionadas: la amplitud y profundidad que le darás al tratamiento del tema.
            Profundidad es el grado de complejidad y riqueza con que analizarás el tema.
            Por lo general un tratamiento amplio (extenso) del tema en cuanto a los elementos que incluye, dificulta la profundidad (detalle), y viceversa.
            Por ejemplo,  si tu tema es el agua, puedes desarrollarlo ampliamente desde el punto de vista químico, físico, biológico, social, económico, histórico. Pero este desarrollo te impedirá que lo profundices en cualquiera de ellos.
            Si deseas profundizar en el estudio del agua desde el punto de vista químico, tendrás que centrarte más en él y olvidarte de otros enfoques.
            La amplitud y profundidad con la que elabores tu trabajo depende de tu propio interés así como del tiempo de que dispongas, del material que vayas a consultar y de la expresión que tengas prevista.
            Para decidir los subtemas que conformarán tu índice temático, lo único que tienes que hacer es definir todas las ideas que se te ocurran acerca del tema. No te preocupes si por el momento estas ideas te parecen inconexas o desorganizadas, te ayudarán a precisar tus inquietudes e intereses sobre el tema.
            No te preocupes si por el momento estas ideas te parecen inconexas o desorganizadas, te ayudarán a precisar tus inquietudes e intereses sobre el tema.
            Por ejemplo, para el tema “La propaganda” se te pueden ocurrir las siguientes ideas:
            -Qué es la propaganda.
            -Tipo de público o grupo social al cual se dirige.
            -Calidad real y aparente del producto o servicio anunciado.
            -Origen y desarrollo histórico de la propaganda.
            -Técnicas y procedimientos que utiliza en la actualidad.
            -Valoración ética de la propaganda.

c) Selección de información.
Ahora es necesario seleccionar más a fondo los materiales y la información que te servirán para desarrollar cada subtema.
            Para ello puedes obtener información de libros, tesis, revistas, periódicos; o en museos, galerías, entrevistas personales con especialistas y, por supuesto, en la biblioteca.
            Aquí decides en qué materiales, autores y datos apoyarás tu trabajo.

d) Organización de la información.
Para iniciar este paso estudiarás la bibliografía que seleccionaste (o realizarás las visitas y entrevistas que hayas planeado), con el fin de obtener información que anotarás en fichas de trabajo, las cuales serán la base de tu informe.

e) Redacción.
Es el paso final; implica una primera redacción del “borrador”, su revisión y corrección y la redacción definitiva.
            Para iniciar la redacción del borrador, elabora el índice general de tu informe o trabajo escrito. Debe contener las siguientes secciones:
            -Una introducción en que expongas brevemente el tema que se va a desarrollar, las razones por las que lo elegiste, el enfoque con que se desarrolla, qué apartados conforman tu trabajo o informe escrito y lo que trata cada uno de ellos.
            El fin de la introducción es dar al lector una idea general de lo que desarrolla el trabajo en cuestión. Paradójicamente, la introducción se redacta al final, cuando ha sido terminado el trabajo y se tiene la visión global. De lo contrario, serían necesarias tantas correcciones y modificaciones a la misma, como las que le hubiesen hecho al trabajo durante su elaboración.
            Capítulos que se refieren al desarrollo, propiamente dicho, de los subtemas elegidos, siguiendo el orden del índice temático.
            Puede ser que cada subtema dé origen a un apartado, o bien, que dentro del mismo apartado se agrupe a varios subtemas. Esta sección constituye la parte central de tu informe o trabajo escrito. Es lo que tú quieres decir sobre el tema elegido. Las conclusiones generales que se derivan de los capítulos y en las que expones tus propios juicios valorativos, destacas lo valioso e importante, informas sobre los límites del desarrollo del tema y de tus conclusiones, sugieres posibles vías para trabajos futuros sobre el mismo tema.
            Todo ello ayuda a enfatizar tu posición ante el tema desarrollado.
            La bibliografía (y otras fuentes) consultada, que da la opción al lector de acudir a las fuentes originales, si acaso desea profundizar sobre algún aspecto en particular.
            El índice general que da estructura a tu trabajo, te ayuda a determinar los subcapítulos que componen cada capítulo al que pertenece. Puede ser el que le diste en el índice temático.
            Antes de redactar el borrador de cada sección, trata de responderte esta pregunta: ¿cómo quiero decir las cosas? Te ayudará a definir el estilo general de tu trabajo, que puede ser:
            -Descriptivo, señalando características, detalles, cronologías.
            -Expositivo, explicando paso a paso cada aspecto, ilustrándolo con ejemplos y analogías para su mejor comprensión.
            -Argumentativo, señalando lógicamente pros y contras de cada aspecto, apoyando tus afirmaciones con datos, citas, hechos, experimentos.
            Cualquiera que sea el estilo general que elijas, deja ver claramente cuál es tu posición ante el tema.
            Si citas textualmente a algún autor, deja muy en claro si te adhieres o te opones a su opinión y por qué.
            Cuando hayas terminado esta primera redacción en borrador, revisa que no hayas dejado fuera del escrito información importante de tus fichas de trabajo; que estén tratados todos los subtemas según el índice temático; que sigan un orden lógico; que no haya contradicciones internas en lo que has dicho; que no haya frases sueltas que no apoyan tus argumentos, o frases incompletas, o frases oscuras o ambiguas.
            Revisa, igualmente, en qué partes puedes incluir ilustraciones, diagramas, cuadros, que hagan más claro y ameno lo que tratas de decir.
            Modifica tu escrito según lo requieras, hasta que el paso de un aspecto a otro sea fluido y claro.
            Procede a la redacción definitiva.
            Atiende a la claridad y pertinencia del lenguaje que utilices; procura usar términos sencillos. Evita el caló, los extranjerismos y tecnicismos.
            Utiliza frases breves. Cuanto más extensa sea una frase, mayor es la probabilidad de cometer errores gramaticales y de perder la línea del argumento o razonamiento (lo mismo vale para los párrafos).
            Usa frases directas, no inviertas el orden del sujeto y su acción o complemento. Varía las frases utilizadas. Evita muletillas y estribillos.
            Evita digresiones del tema central; busca que cada párrafo se concentre lógicamente con el que le antecede y el que le sigue.
            No abuses de la puntuación, pues la lectura con muchas pausas resulta cansada.
            Para cada aspecto haz primero una afirmación y apóyala en seguida con datos, ejemplos, ilustraciones, pruebas, etcétera.
            Siempre di lo que es –no lo que no es- el tema o subtema que estés desarrollando.
            Utiliza todas las palabras que sean necesarias pero evita la redundancia, la repetición y los rodeos.
            Por último, dale un título a tu trabajo que dé la idea exacta de lo que trata. Evita los títulos largos.


[1] Avilés Gómez, Judith (1996), Guía de autoestudio. Metodología del aprendizaje a distancia, 2ª. ed., Cuernavaca, CESAD-Fundación Morelense de Investigación y Cultura, S.C., pp. 49-53.

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